ÉTICA Y VALORES GRADO OCTAVO

CORDIAL SALUDO



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ACLARACIÓN Y DUDAS

Lecturas Complementarias 
Compromiso de evaluación individual.
Libro: ÉTICA PARA ADOLESCENTES POSMODERNOS, de Héctor Zagal Arreguin y José Galindo Montelongo.

Realiza la actividad del Libro ÉTICA PARA ADOLESCENTES POSMODERNOS.
a. El hecho de la moralidad, pág 21 hasta la 23, donde termina con la lectura "La búsqueda de la felicidad".
b. La ética como teoría, pág 35 hasta 38, donde termina con la lectura “Dificultades de la ética".
c. La ética como la teoría del arte de ser feliz, pág 45 hasta la pág 50, donde termina la lectura "Bienes placenteros".
d. Aprender a valorar, el conocimiento ético, pág 67 hasta la pág 72, donde termina la lectura "La destreza del juicio ético: la prudencia".


Realiza un resumen en tu cuaderno y socializa en clase 


INDICADORES DEL PRIMER PERIODO

SABER SER Mantiene una buena actitud frente a las actividades 

SABER SABER Identifica que el ser humano tiene derechos y deberes.

Reconoce la importancia de su participación sobre las relaciones humanas

Analiza las bases fundamentales para que una sociedad pueda ser constructora de paz.

SABER HACER

Participa sobre las condiciones que se debe tener en cuenta para relacionarse con los demás

Escribe textos que planteen sus puntos de vista en los diferentes temas tratados.

Utiliza herramientas tecnológicas que le permitan expresar sus ideas.

SABER CONVIVIR Fomenta una sana convivencia a través de sus propios valores.

TEMAS DEL PRIMER PERIODO

Las relaciones humanas

Condiciones para relacionarse con los demás.


INDICADORES DEL SEGUNDO  PERIODO

SABER SER

Respeto propuestas éticas y políticas de diferentes culturas, grupos sociales y políticos.

SABER SABER

Comprende que es legítimo disentir.

SABER HACER

Utiliza aplicaciones virtuales para realizar videos o situaciones que fomenten la democracia.

SABER CONVIVIR

Brinda sus diferentes  opiniones y respeta la de los demás.

TEMAS DEL SEGUNDO PERIODO

Pensar, decidir y actuar.

Ética y política

Características de la política moderna

La ética de la argumentación

Valores de un Buen Gobierno

Perfil del hombre de Estado

INDICADORES DEL TERCER PERIODO

SABER SER

Cumple con los horarios establecidos por la institución.

SABER SABER

Reconoce la importancia de escuchar a los demás.

Analiza la relación entre familia y sociedad.

Valora a la familia como escuela de diálogo.

SABER HACER

Realiza dramatizaciones sobre el rol de la familia en la sociedad.

Plantea soluciones a conflictos familiares.

Utiliza el gráfico para recrear escenas donde se practique la empatía.

SABER CONVIVIR

Es tolerante con las diferentes creencias de sus compañeros

TEMAS DEL TERCER PERIODO

La familia como eje central de la sociedad

La familia y la vida.

Conflictos familiares.

Cómo fortalecer las relaciones familiares.

Dios y la familia.

Campos de participación ciudadana.

INDICADORES DEL CUARTO PERIODO

SABER SER

Fomenta un buen clima que permite el desarrollo de las clases.

SABER SABER

Conozco los espacios de participación ciudadana.

Identifico la relación entre poder y autoridad.

Comprendo que mi libertad no debe afectar la del otro.

SABER HACER

Elabora ensayos sobre los temas vistos.

Realiza mapas conceptuales o mentales sobre el poder y autoridad.

SABER CONVIVIR

Entiende que todo lo que se haga con amor sale bien.

TEMAS DEL CUARTO PERIODO

Poder, autoridad y legitimidad.

La opinión de mi Comunidad cuenta.



PRIMER PERIODO


Las relaciones humanas

Condiciones para relacionarse con los demás.


El circo de las mariposas. 

Reflexión. 



NOCIONES BÁSICAS DE ÉTICA

Condiciones para relacionarnos con los demás desde la ÉTICA
¿Qué es "Ética"?
Es el conjunto de principios valores, costumbres y normas de conductas, adquiridos, asimilados y practicados de un modo estrictamente racional o consciente. Corresponde al ejercicio libre y consciente de la razón para justificar nuestros actos del punto de vista del bien y mal.
¿Qué es la "Moral"?
Es el conjunto de principios, costumbres, valores y normas de conducta, adquiridos y asimilados del medio (hogar, escuela, iglesia, comunidad, etc). La asimilación y la práctica no dependen de una actitud plenamente consciente o racional, sino principalmente de un sentimiento de respeto a la autoridad moral de la que provienen.
La moral es una serie de juicios que dan como resultado normas de comportamiento que los delimita a los actos morales e inmorales, lo bueno y lo malo.
Esto no significa que sea un código o reglamento para un grupo social por lo que son una serie de preguntas y respuestas personales sobre como deseamos vivir con libertad y responsabilidad.

Diferencias entre moral y ética
Se puede decir que la moral es particular y subjetiva, mientras que la ética es universal y objetiva porque se basa en principios racionales, que transcienden los hábitos y las costumbres particulares.
Por ende la ética es el estudio de la moral para reflexionar sobre las diferentes moralidades y establecer criterios universales o individuales de las acciones.

Ejemplo:
Moral:
“Jessica está encantada, pero su madre, una católica devota no está de acuerdo con la relajada moral de su novio, Tom, y teme por el alma de su hija”. Se lee en un artículo de una revista Ético:


“Es una idea que aún plantea cuestiones éticas que desafían el nuevo sistema de trasplante de órganos”, fue el titular del periódico de Wall Street






PROBLEMA:
¿Para qué nos sirve la ética?
Responde esta pregunta de manera individual  siguiendo los pasos del ABP:
a.       Aclarar conceptos: busca el significado de las palabras que son importantes en la pregunta.
b.       Definir el problema: escribe como entiendes la pregunta con tus propias palabras
c.       Analizar el problema, lluvia de ideas: escribe varias respuestas o explicaciones a la misma pregunta según lo pienses o imagines.
d.       organizar las ideas: Establece un orden de las respuestas que hiciste en la lluvia de ideas, mirando elementos en común y diferencias, o importancia.
e.       Formular objetivo de aprendizaje: escribe de qué te sirve  responder esta presunta o qué quieres hacer o aprender con ella.
f.        Consultar y registrar consultas: Amplía la información consultando libros o páginas de Internet, escríbelo.
g.       Sacar conclusiones: responde la pregunta  con tus explicaciones y  conclusiones de lo que has aprendido.

SEGUNDO PERIODO 
Pensar, decidir y actuar desde la historia de la ética 
Ética y política
Características de la política moderna
La ética de la argumentación
Valores de un Buen Gobierno
Perfil del hombre de Estado

HISTORIA DE LA ÉTICA
LA ÉTICA EN LA HISTORIA


1.     ÉTICA DE LA VIRTUD
2.     RELATIVISMO MORAL
3.     HEDONISMO
4.     ESTOICISMO
5.     ÉTICA DEL CRISTIANISMO
6.     ÉTICA DEL DEBER (KANT) 
7.     UTILITARISMO
8.     ÉTICA DEL EXISTENCIALISMO
9.     ÉTICA DEL MARXISMO
10.   NIHILISMO
11.   ÉTICA DEL PERSONALISMO
12.   ÉTICA DEL CINISMO
Libro de consulta: ÉTICA PARA ADOLESCENTES POSMODERNOS, de Héctor Zagal Arreguin y José Galindo Montelongo.

Realizar un resumen en el cuaderno y socializarlo en clase de las siguientes temáticas del texto anteriormente mencionado:

a. El hecho de la moralidad, pág 21 hasta la 23, donde termina con la lectura "La búsqueda de la felicidad".
b. La ética como teoría, pág 35 hasta 38, donde termina con la lectura “Dificultades de la ética".
c. La ética como la teoría del arte de ser feliz, pág 45 hasta la pág 50, donde termina la lectura "Bienes placenteros".
d. Aprender a valorar, el conocimiento ético, pág 67 hasta la pág 72, donde termina la lectura "La destreza del juicio ético: la prudencia".


 La historia de la Ética es tan antigua como la historia del hombre; el más primitivo de los Homos tenía idea de lo bueno, lo justo, el deber y la virtud, buscando la manera de determinar y justificar sus acciones.  En el mundo antiguo 4.500 años a.C. los primitivos tenían la preocupación por determinar lo que está bien o está mal, aplicando un conjunto de valores, principios y normas concretas que en caso de infringirlos suponía un castigo. La explicación de lo que está bien o mal basadas en las leyes inmutables de la naturaleza creando normas o códigos morales marcadas por la tradición.

Desde el antiguo Egipto casi cuatro mil años antes de Cristo, la sabiduría de Amenope y las normas morales son recogidas en los papiros, como en. El Libro de los Muertos. En Mesopotamia la sabiduría de Hammurabi, rey de Babilonia 1750 años a.C. se encuentran en un monumento legendario de cerámica, se han recogido las normas morales derechos y obligaciones de los médicos y de la sociedad, es el célebre Código de Hammurabi. (cap. 211 al 227).

En la Grecia arcaica desde el siglo VII al II a.C. Homero escribe en la Ilíada y la Odisea sobre la ética del mundo antiguo, se describen los héroes mitológicos y sus valores desde la fuerza física, la valentía, belleza, habilidad y linaje, héroes QUE AÚN HOY DEBERÍAMOS IMITAR SOBRE TODO EN LOS VALORES.

Los filósofos griegos que comienzan a especular sobre la verdadera virtud, lo verdadero de lo bueno y concluyen que lo bueno es toda acción que beneficia a la comunidad y que la virtud, arte y capacidad de “excelencia” que permite destacar en algo sobre los demás, ser el mejor y prestar los mejores beneficios a la comunidad.

Los pensadores de la Grecia clásica comenzaron a agruparse de acuerdo a sus filosofías y propuestas tales como los ESCOLÁSTICOS que distinguían la “razón especulativa” es decir comprender el ser y la “razón práctica” o sea conocer el deber del ser.

Los Sofistas pre-socráticos estos filósofos dudaban de los códigos morales del mundo antiguo, se consideraban a sí mismo como maestros de la virtud y afirmaban que frente a la imposición surge la CONVENCIONALIDAD y EL RELATIVISMO MORAL, más claramente estar de acuerdo más o menos con unos valores, que si no convienen podemos cambiarlos; todo esto dentro del marco histórico donde surgen las polis o ciudades estados que se gobiernan a sí mismo, también surge el concepto “ciudadanos” que se agrupan de acuerdo a sus propios intereses, a muchos intereses de clases, como la nobleza, la burguesía ( baja nobleza y filósofos),los agricultores y comerciantes y finalmente los extranjeros y esclavos, estas últimas van desapareciendo, pero al parecer en algunos grupos de la sociedad actual habría aceptado y practicado esta posición que va en contra de la misma sociedad.

Otro grupo liderado por Zenón de Citio (siglo III a.C.) en Atenas, crea Los Estoicos, defiende el “Orden Cósmico” organizado por leyes naturales inmutables y un hombre virtuoso es aquel que respeta las leyes y se muestra imperturbable ante los acontecimientos. A diferencias de los Epicúreos, los Estoicos participan en política, pero permanecen indiferentes ante el éxito o el fracaso. Los Estoicos promueven y plantean que el hombre debe esforzarse por ser virtuoso, pues la virtud es actuar conforme el orden cósmico sin temer la muerte. Dicen que los hombres deben tener una fría racionalidad capaz de eliminar emociones y sentimientos y aceptar estoicamente lo que les venga encima. En la actualidad estas propuestas han perdido validez.

Sócrates antes de su muerte (siglo V a.C.) en sus “Diálogos” usa la reflexión como una actitud de búsqueda del verdadero bien, el conocimiento y la sabiduría son imprescindibles para una conducta y actitudes virtuosas; el auto-conocimiento es la base de la moral, ya que la verdad habita en cada uno, y podemos y debemos imitar y practicar la lección del Templo de Apolo en Delfos: “CONÓCETE A TI MISMO”

Sócrates implanta la Mayéutica: el arte de ayudar y la asimilación de conocimientos y definiciones, refiere que la virtud es única, definiendo las virtudes de la ciencia ética que demuestran la existencia de valores absolutos como el BIEN, la JUSTICIA y FELICIDAD, inmutables para establecer Leyes que son valores que el hombre puede alcanzar mediante el uso de la inteligencia y la razón. Si se alcanzan, el hombre es sabio y virtuoso, la sabiduría suprema distingue los bienes de los males, la intelectualidad moral identifica el saber con virtud y vicio con ignorancia desde estos tiempos de la Grecia antigua ya se pensaba que para conseguir una sociedad buena, justa y virtuosa es necesaria la educación.

Aristóteles (384-322 a.C. médico, biólogo, filósofo), su ética tiene como fin alcanzar la felicidad buscando la sabiduría y usando la razón ya que en el hombre encontramos una parte apetitiva (deseos–pasiones) y la parte racional, el hombre deberá ejercitar las virtudes para dominar la parte apetitiva. Las virtudes se adquieren mediante el hábito, tanto las intelectuales como las éticas ya que el hombre es un ser social “animal político” capaz de vivir y organizar una sociedad. Para Aristóteles el bien último del hombre es la Felicidad, el dinero, la fama, y los honores, es decir el Bien perfecto, buscando siempre la autosuficiencia, adquirir virtudes propias, cumplir y desarrollar las funciones propias del ser humano hasta la excelencia ya que la felicidad es el ejercicio de la inteligencia.

Platón (428-348 a.C. discípulo de Sócrates), lleva la Ética a nivel de ciencia y defiende los valores absolutos BIEN-BELLEZA-VERDAD, en sus obras más importantes “Fedón”, “La República” y el “Banquete”, y plantea que el hombre posee alma inmortal, defendiendo el mundo espiritual, el mundo de las almas y proclama como conseguir la purificación mediante las virtudes que deben iluminar siempre la vida humana, es decir la Ética con:

1.  Esfuerzo físico, gimnasia que anula las tendencias negativas y controlar las pasiones, el autodominio en defensa del bien y la razón.

2.   Sabiduría, virtud del conocimiento, usar la inteligencia y la razón para conocer los deberes y que debe ser lo que decide cada acto humano.

3.   El cultivo de las virtudes morales: aptitud para realizar el bien.
a.   Fortaleza para dominar los sentimientos en defensa del bien y la razón.
b.   Templanza para dominar las pasiones, moderación y auto control por la razón.
c.   Prudencia utilizar la razón para alcanzar el bien.

4.     Justicia que es la virtud de todas las virtudes, y que representa el equilibrio de las tres virtudes anteriores.


Platón distingue en el alma humana:
·    Lo racional que es la capacidad excelsa del hombre instruido. 
·    Lo Irascible la decisión del corazón en acción 
·    El Apetito los deseos pasiones e instintos.

Ética y política

Platón en “Los Diálogos” relata el conocimiento de la vida individual y colectiva, la Moral lleva a la felicidad que es la representación del alma humana para la Justicia (no la califica de utopía).

Diálogo peripatético: Platón y Aristóteles
Algunos siglos después aparecen las llamadas ESCUELAS HELENISTAS (siglo IV-II a.C.) en donde en Filosofía y Ética se abandona la política y se vuelve al individualismo.
Para los Epicúreos con su escuela “El Jardín”; la finalidad de la vida es el placer racional, limitando los deseos, superando el dolor y evitando las preocupaciones, para conseguirlo es necesario una vida sobria, sin crearse necesidades.
Pregonan no tener miedo a la muerte porque mientras estamos vivos, la muerte no nos afecta y cuando estamos muertos tampoco. Van más allá al decir que no hay que tener miedo a los dioses, porque ellos no se preocupan por nosotros. Ya que el bien es fácil de alcanzar y el mal fácil de evitar, solo hay que conformarnos con nuestra suerte.

Daremos un largo salto hasta el Mundo Medieval desde el Siglo IV al XV después de Cristo, tiempo en el cual la influencia del cristianismo que culmina con la presencia de Santo Tomás de Aquino con sus principios básicos:

El hombre es creado por Dios a su imagen y semejanza y depende de él. La felicidad consiste en la unión con Dios.

Existe una vida futura y eterna después de la terrenal para vivir en amor y su Ética es practicar las virtudes cristianas: FE, ESPERANZA y CARIDAD.

Santo Tomás de Aquino (1225-1274) seguidor de Aristóteles, une el intelectualismo griego y la doctrina cristiana y dice que todo ser obra por un fin, los seres sin razón no son libres y tienden a su fin movidos por su instinto, las personas son seres con corazón y voluntad libre, son dueños de sus actos por lo tanto para alcanzar la felicidad eterna es necesario cumplir nuestros deberes, cumpliendo las leyes naturales que nos indican lo bueno y lo malo que la razón nos hace diferenciar hasta llegar a la finalidad suprema: la unión con Dios, proclamando que la ética adquiere su sentido último y profundo a través de la religión. 

Ya en la Edad Moderna siglos XV a XVIII Descartes, separa la razón de la fe y la ética deja de estar influida por la religión; en la Ilustración la razón como única fuente de conocimiento que apoya el individualismo; un poco más adelante Kant (1724-1804) revela que el centro de la reflexión es el sujeto pensante merced a las condiciones de su conciencia se da a sí mismo su propia ley moral, ya que el ser humano debe ser responsable de sus actos y tiene conciencia de su deber que genera conocimiento, ejerce la acción y decide sobre ella, no es la adecuación de la razón a la verdad es generar conocimientos de las cosas es el subjetivismo, Kant crítica la razón pura, la razón práctica del juicio. En su Ética fórmula: lo Formal que postula el deber para todos los hombres y la Autonomía, el ser humano autónomo como ser activo, productor y libre en sus actos.

Karl Marx (1818-1883) afirma que la Moral cumple una función social, que tiene un carácter de clase por lo tanto a cada clase social corresponde una moral peculiar que es relativa mientras se busca una sociedad justa e igualitaria que surgirá de los cambios de una nueva moral para transformar las relaciones sociales que mantienen a la mayoría de los hombres humillados, explorados y abandonados.
Es posible que nos falte mencionar y o analizar otras fuentes actuales, el arte de la Ética será siempre el mismo desde la Filosofía, Psicología, Sociología, Antropología, Derecho, Historia, Teología o Medicina el estudio de la conducta humana en relación con los principios universales sobre los valores morales, el deber, la dignidad, la justicia.
La ética es una disciplina filosófica que tiene un desarrollo histórico. Al igual que la filosofía se puede referenciar cuatro edades o periodos. En cada una de estas épocas se desarrollaron movimientos de pensamiento vinculados con la ética determinando criterios morales y entendimientos sobre las cuestiones de fondo de la ética.


PROBLEMA: 


1. ¿Cómo podemos definir lo que es el bien y el mal? ¿Con qué criterio ético?


Responde esta pregunta de manera individual siguiendo los pasos del ABP:
a.       Aclarar conceptos: busca el significado de las palabras que son importantes en la pregunta.
b.       Definir el problema: escribe como entiendes la pregunta con tus propias palabras
c.       Analizar el problema, lluvia de ideas: escribe varias respuestas o explicaciones a la misma pregunta según lo pienses o imagines.
d.       organizar las ideas: Establece un orden de las respuestas que hiciste en la lluvia de ideas, mirando elementos en común y diferencias, o importancia.
e.       Formular objetivo de aprendizaje: escribe de qué te sirve  responder esta presunta o qué quieres hacer o aprender con ella.
f.        Consultar y registrar consultas: Amplía la información consultando libros o páginas de Internet, escríbelo.

g.       Sacar conclusiones: responde la pregunta  con tus explicaciones y  conclusiones de lo que has aprendido.


 




Características de la política moderna

Si los conceptos modernos no son adecuados para entender la realidad moderna, esto es aún más evidente en lo que concierne a nuestro presente. Las aporías, estructurales por la manera moderna de concebir la política, a la fecha se manifiestan en una crisis que asume un carácter histórico. Esto se ha vuelto más notorio gracias a una serie de procesos que han complicado el clásico ámbito moderno de la forma política, o sea el Estado. De manera clara, este último no es más comprensible a través de los conceptos modernos antes señalados, aún más cuando en el siglo XX surgió una realidad que ha sido definida como "el Estado de los partidos", donde éstos se han convertido en los verdaderos sujetos políticos. Además, se han establecido procesos de tipo económico y jurídico de dimensión mundial, que han privado de significado el concepto de soberanía de los Estados. Si se entiende en qué medida la legitimación democrática moderna está ligada al dispositivo de la soberanía, también se puede comprender que el propio mecanismo de la democracia se ponga en duda. Tal crisis es en particular evidente cuando se quiere comprender y organizar constitucionalmente entidades supraestatales, como por ejemplo la Unión Europea (UE).

En lo que se refiere a la Constitución estatal, se puede observar un proceso de progresiva incapacidad de ésta para ejecutar la tarea normativa para la cual estaba destinada, al punto de que distintos estudiosos han hablado de un proceso de desconstitucionalización.22 Asimismo, en el "Estado de los partidos" parece anularse una serie de piedras angulares que están en la base de las constituciones modernas. En especial, esto es válido para la situación italiana inspirada en un parlamentarismo puro, donde, por ejemplo, se reflexiona qué tan efectivo es el principio de la división de poderes, pensado por tradición como una garantía de libertad. ¿Cómo se puede pensar en una efectiva división de poderes cuando el Parlamento funciona con base en la voluntad de los partidos mayoritarios y el gobierno está formado por estos mismos?

En la actualidad no sólo no hay una división de poderes, sino que son las mismas funciones primordiales del Parlamento las que se cuestionan, como por ejemplo aquélla tan relevante del control del gobierno, justamente porque el poder ejecutivo está en manos de la mayoría parlamentaria. Pero también la función legislativa se encuentra en una crisis estructural. A menudo se señala como una anomalía que el instrumento legislativo sea una función del gobierno. Pero, ¿cómo es posible evitar que sea el gobierno quien haga las leyes (no sólo mediante los decretos-ley), si en el Parlamento se ratifican decisiones tomadas fuera de éste de los partidos mayoritarios (como señaló Weber), quienes de modo cotidiano verifican la posibilidad de alcanzar un acuerdo y una decisión común en la acción de gobierno?

Sin embargo, también en el concepto de representación encontramos una complicación radical. Mientras que la Constitución habla de mandato representativo en relación con cualquier grupo que quiera condicionar la voluntad de los representantes, en realidad estos últimos están vinculados a las decisiones del partido al que pertenecen -algo obvio para los ciudadanos-. Así, la pertenencia del diputado al partido y a su programa puede crear una relación de contenido entre la voluntad del elector y la voluntad política expresada por el elegido, por lo que parece ser el instrumento para superar la contradicción producida por el concepto de representación.

Por ello, se debe tener presente que el mandato representativo no es un elemento marginal y contingente de la representación moderna; es más bien constitutivo: se origina con una necesidad lógica de aquellos conceptos de igualdad y libertad, así como de la centralidad del individuo, que caracterizan la concepción moderna de la política. En cambio, parece que con la dependencia de los parlamentarios a sus partidos se reintroduce el mandato imperativo típico de una concepción medieval y feudal, con la sustancial diferencia que no se refiere a partes de la sociedad, sino a sujetos para quienes los partidos tienen una organización autónoma y por lo general un carácter de separación con respecto a la sociedad.

Si miramos las realidades supranacionales, como por ejemplo la Unión Europea, veremos cómo es aún más evidente que los conceptos que son la base de los Estados nacionales, resultan inadecuados. No obstante, también se puede constatar la dificultad existente para superar el dispositivo de los conceptos modernos. De hecho, es bien sabido que para pensar realidades como la de la UE es necesario superar los conceptos fundacionales del Estado y de la soberanía,23 aunque es bastante raro encontrar propuestas que muestren esta capacidad de superación. Lo mismo sucede para las concepciones que se inspiran en el federalismo, que por lo común regresan a la alternativa entre Estado federal y confederación de Estados, y así muestran la concepción de una realidad supraestatal mediante la conceptualidad base del Estado.

De esta manera, eurooptimistas y euroescépticos se dividen en relación con la posibilidad de que en Europa se establezcan las condiciones para que se pueda hablar de un único cuerpo y se compruebe un marco como aquél mencionado de la legitimación democrática, pero no parecen poner en discusión que sea en la modalidad de este marco donde se debe pensar democráticamente una entidad política. El debate por lo común gira alrededor de cuánta soberanía los Estados deben atribuir a la UE y cuánta deben mantener. Según el sujeto a quien de manera preponderante se atribuye la soberanía (Europa o los Estados nacionales), en su mayoría se considera que para la Unión Europea corresponde una constitución (instrumento que, después de las revoluciones, siempre ha estado ligado a la soberanía y a la cifra unitaria que la caracteriza) o un tratado (que parece idóneo para ratificar la soberanía de los Estados). Pero de esta manera se permanece al interior del horizonte del Jus publicum europaeum, basado en los Estados nacionales y no se supera el célebre dilema de Calhoun: o los Estados que dan origen a Europa permanecen soberanos o la Unión Europea se vuelve soberana, en la medida en que se adopta un nuevo mega Estado y los miembros que la constituyen desaparecen, en lo que respecta a su dimensión política y de toma de decisiones.

Europa presenta un problema que no es posible afrontar con el monismo que caracteriza a los Estados nacionales soberanos: una entidad política que es estructuralmenteplural, donde sus miembros pretenden mantener su dimensión política aun encontrándose en una realidad política común. Ello no es posible mediante el nexo de soberanía y representación que caracteriza a las constituciones nacionales. En este caso, la unidad política no tolera en su interior ningún sujeto político; si en el Estado los sujetos son particulares, mediante el mecanismo de la representación y la organización de los poderes del Estado dan lugar a una voluntad única: la de la ley que vale para todos. La ley constituye el mandato soberano del Estado que, como se ha dicho, tiene un carácter representativo y por ello asume en sí a todos los sujetos. Por ello, dentro de este horizonte no es concebible una pluralidad de sujetos políticos.24 Para cumplir la tarea de pensar una entidad plural como la Unión Europea, es necesario concebir la política de una manera distinta de como se ha hecho en las constituciones estatales.

Pero si esto es verdadero, ello también significa que es preciso concebir de una forma diversa la democracia, desde el momento en que la legitimación democrática se basa justamente en la relación entre soberanía y representación del pueblo y conceptos que están en la base de ésta (individuo, derechos, igualdad, libertad, pueblo). Pensar la política desde el punto de vista europeo no es fácil: no se trata de extender a un nivel más amplio los conceptos y mecanismos de la democracia que parecen tranquilizarnos y que todos consideran obvios. En el mismo debate cotidiano, no obstante la denuncia de un déficit de legitimación democrática en Europa, surge la conciencia de que en el ámbito europeo parecen no mantenerse algunos procesos que caracterizan la democracia en los Estados nacionales, por lo cual es necesario pensar de una manera distinta la democracia.25 Sin embargo, se tiene la impresión de que se refiere a una dimensión más débil y secundaria con respecto al modelo de la democracia representativa de los Estados nacionales que no se pone en discusión. También en una reciente intervención de Habermas,26 en la que se propone un modelo de democracia europea que conlleva el problemático concepto de una soberanía dividida, la democracia se considera un valor indiscutible, como se afirma en las constituciones estatales.

De la misma manera, es muy difícil encontrar en el debate indicaciones aptas para comprender en qué consiste este "modo diverso" de pensar la democracia. Quienes proponen esta exigencia terminan por considerar que es tarea de la UE hacer efectivos, para todos, los derechos de manera idéntica, lo cual requiere un poder único y fuerte, legitimado por todos y que actúe de manera centralizada. Así, la idea que, por lo común, inspira las políticas europeas es que desde lo alto se debe implementar una situación homogénea de igualdad mediante un poder único. No obstante, se trata de comprender si el problema que tiene Europa con relación a la democracia constituye una complicación que necesita aquellos posibles ajustes, o más bien, nos presenta una situación idónea para repensar el sistema de las constituciones democráticas que históricamente parece estar en crisis. La necesidad de este nuevo pensamiento de la democracia también deriva del hecho de que en los Estados nacionales la democracia representativa no goza de buena salud: no sólo contiene aporías estructurales, sino que a la fecha parece estar de manera notable en crisis.

Un modo distinto de pensar la ciudadanía y la democracia, o mejor dicho las exigencias de eliminación del dominio, de mayor justicia, de igual dignidad de los ciudadanos, de participación en las decisiones políticas que por norma se engloban en el término de "democracia", requiere superar la racionalidad formal que caracteriza el horizonte conceptual de la soberanía y el de la democracia moderna que se ha afirmado en las constituciones modernas. La legitimación democrática conlleva el principio de que la voluntad de la mayoría de votos debe prevalecer, lo cual es un aspecto formal, que no dice nada de la justicia del mandato que de este modo se produce y sobre la capacidad de gobernar los procesos. Es así como de este límite de la racionalidad formal de la democracia nace el continuo recurrir a la temática de la governance. Pero si la relación representativa es formal, entonces también lo es el concepto de democracia directa. No sólo en este caso surge la opresión de la unidad y no hay espacio para la pluralidad, sino que la formación de la voluntad única y directa del pueblo (si es posible y pensable) sigue determinada por un carácter formal, que no explica la bondad de las decisiones, ni tampoco la capacidad del buen gobierno. Ello no sorprende si se piensa cómo la democracia representativa y directa es una declinación de la soberanía, por lo que se encuentra en el mismo horizonte conceptual.

El debate político actual parece estancarse en las dos caras de la democracia, por lo cual no vislumbra una salida de la crisis política que caracteriza el presente. Quien, a causa de la contradicción ya mencionada, reconoce en la representación, como manera de legitimidad democrática, una dificultad para la participación del ciudadano, tiende a concebir esta última en la forma de la democracia directa. Sin embargo, para pensar la participación es necesario ir más allá de esta alternativa, de la racionalidad formal de la legitimación del poder y por lo tanto, del concepto de poder representativo. Se requiere trasladar la reflexión a las relaciones reales de gobierno y a la dimensión política de los gobernantes,27 pensar su necesaria participación, que no significa que éstos sean los sujetos de la decisión política, sino que esta última no puede tomar en cuenta su intervención en relación con las necesidades concretas y con las competencias que les son propias. Si aquí fuera posible desarrollar este punto, se podría mostrar que ello es posible únicamente si los individuos no se piensan en cuanto tal, es decir fuera de las diferentes relaciones que determinan su realidad, sino si se da relevancia y validez no tanto al pluralismo de las opiniones, sino a la pluralidad que caracteriza la sociedad.28

Para este reto de una nueva forma de pensar la política y la democracia es indispensable no permanecer condicionados por el esquema constituido por los conceptos modernos y no sólo cuestionarlos mediante el trabajo crítico de la historia conceptual, sino también atravesar el pensamiento de los antiguos y de las tradiciones premodernas. Esto último no se haría con el fin de encontrar modelos para resolver el problema, sino porque profundizar aquel pensamiento nos permitiría comprender mejor el carácter reductivo de los conceptos modernos y volver a encontrar problemas que los antiguos y los premodernos pensaban haber resuelto.29 Este horizonte más amplio de los conceptos modernos nos puede facilitar una relación más concreta con la época moderna y con los problemas que nos presenta nuestra propia actualidad.30

22Cfr. H. Hofmann, Vom Wesen der Verfassung, Humboldt-Universität, Berlin 2002, y "Riflessioni sull'origine, lo sviluppo e la crisi del concetto di Costituzione", pp. 227-237.

23Cfr. O. Beaud, Théorie de la Fédération Puf, Paris 2007, y L'Europe en voie de Constitution. Pour un bilan critique des travaux de la Convention.

24Cfr. M. Bertolissi, G. Duso, A. Scalone, Ripensare la costituzione: la questione della pluralità.

25Cfr. p. ej.: Bogdandy, I principi fondamentali dell'Unione europea.

26Jürgen Habermas, "Cosa significa transnazionalizzare la democracia".

27Me parece que en este sentido se encuentran los problemas propuestos por Rosanvallon en sus últimos trabajos.

28Para una propuesta de pensar, tanto la participación como la pluralidad dentro de una concepción política alternativa a la del Estado y la soberanía que, con razón, puede llamarse "federalista", cfr. G. Duso, "Oltre il nesso sovranità-rappresentanza: un federalismo senza Stato?"; G. Duso y A. Scalone, Come pensare il federalismo: nuove categorie e trasformazioni costituzionali; y, a manera de síntesis, G. Duso, "Per una trasformazione della costituzione in direzione federalistica". Todos estos textos se encuentran en línea en CIRLPGE.

29Refiero a mi Perché l'antico per pensare nelpresente (en proceso de publicación), donde se busca mostrar la relevancia de atravesar lo antiguo en contra de una acepción historicista de la historia conceptual.

30Cfr. G. Duso, "Platone e la filosofia política", pp. 9-23.

Ética de la argumentación

https://prezi.com/fkoszgfxg2lp/argumentacion-etica-el-metodo-de-razonamiento-etico/

EL LENGUAJE COMO ARMA ARGUMENTATIVA: LOGOS El término griego logos es polisémico. Denota lenguaje y argumento. Del lado del significado de “lenguaje” se afilian términos como “palabra”, “discurso”, “texto”, “verbo”. Con el sentido de “razón” se apuntan “argumento”, “razonamiento”, “inferencia”. El logos es el medio material del discurso. 

El logos es el proceso que da soporte a un razonamiento. El logos orientado a la persuasión es usado de manera argumentativa. La polisemia del término logos persiste. Está bien presente en los textos de Aristóteles: Y la razón por la que el hombre es un animal político en mayor grado que cualquier abeja o cualquier animal gregario es algo evidente. 

La Naturaleza, en efecto, según decimos, no hace nada sin un fin determinado; y el hombre es el único entre los animales que posee el don del lenguaje. La simple voz, es verdad, puede indicar pena y placer y, por tanto, la poseen también los demás animales (…) pero el lenguaje tiene el fin de indicar lo provechoso y lo nocivo y, por consiguiente, también lo justo y lo injusto, ya que es particular propiedad del hombre, que lo distingue de los demás animales, el ser el único que tiene la percepción del bien y del mal, de lo justo y lo injusto y de las demás cualidades morales, y es la comunidad y participación en estas cosas lo que hace una familia y una cuidad estado. (Aristóteles, Política, I, 1)

Virtud moral: Las virtudes morales son hijas “de los buenos hábitos”. (Ética Nicomaquea, II, 1). El hombre tiene una predisposición para poseer la virtud moral, pero con la condición de que se perfeccione por medio del hábito, de la práctica. La justicia, la templanza y la valentía son virtudes éticas. …todo lo que nos da la naturaleza no son más que posibilidades y potencias, que luego nosotros debemos hacer pasar al acto. (…) 

En cuanto a las virtudes, las adquirimos desde el comienzo por medio del ejercicio, como ocurre igualmente en las diferentes artes y en los diversos oficios. Lo que hemos de realizar luego de un estudio previo, lo aprendemos por la práctica; por ejemplo, construyendo se hace uno arquitecto, y tocando la cítara, se viene a ser citarista. Igualmente, a fuerza de practicar la justicia, la templanza y la valentía, llegamos a ser justos, sobrios y fuertes. (…) 

Los legisladores forman a los ciudadanos en la virtud, habituándoles a ello. Y esta es verdad la intención de todo legislador. Todos los que no se imponen esta meta faltan a su fin, entendiendo que sólo por esto se distingue una ciudad de otra y una buena ciudad de una ciudad mala. (Ética Nicomaquea, II, 1). 

La noción griega de hábito moral involucra una orientación de la persona hacia el bien de forma consistente. La virtud es el hábito de una escogencia adecuada. La virtud moral se vincula con una elección relacionada con un medio, con las pasiones y con las acciones, connotando exceso, defecto o justo medio.

El término medio ocasiona aprobación, elogio: “la virtud es, pues, una especie de medianía, ya que la meta que se propone es un equilibrio entre dos extremos” (Ética Nicomaquea, II, 6). Mediante la proaíresis (elección responsable o intención) el ser humano ha de decidirse ante las alternativas de acción aportadas por el contexto. La persona que posee virtudes se interroga sobre cómo de actuar en determinados escenario. Obsérvese que para Aristóteles las virtudes no se invocan. Se practican. Prestigian a una ciudad. También al ciudadano común y al hombre público que con sus actos educan y ayudan a la formación de buenos hábitos que se traducen en unas virtudes. 

Con Aristóteles se aprende la responsabilidad moral que descansa en el uso del lenguaje. La persona que ejerce un liderazgo social se expresa mediante un logos entendido como una capacidad para producir discursos consistentes que puede ser innata o aprendida. A esa capacidad se le suma la posesión de unas virtudes no sólo argumentativas, sino éticas para preferir el bien colectivo por encima del interés personal. 

Son virtudes que predisponen a expresar la verdad que ha devenido de un proceso de razonamiento y a rechazar la mentira y el engaño porque atentan contra una audiencia a la que se debe querer, respetar, aceptar en su condición humana. Son virtudes que ansían lo que es razonable porque están inspiradas en frónesis y en sophía, las cuales encarnan la sabiduría teórica y la sabiduría práctica. 

Son virtudes que crean la honorabilidad de un comunicador social que se mide, hoy como ayer, por su sentido de justicia, por la valentía para encarar la verdad, por el respeto a la diversidad comunitaria. No se puede perder de vista que el objetivo de la retórica como disciplina es la producción de discursos persuasivos. Tampoco se puede perder de vista que cuando Aristóteles clasifica los argumentos en logos, ethos y pathos muestra la importancia del orador para lograr la persuasión del oyente. Integra su Retórica a la Ética y a la Política. 

La idea de que el descubrimiento de la verdad, de la justicia y de la objetividad a través de la demostración deben privar en los discursos públicos, en especial, en los discursos de carácter judicial: “Está además claro que es propio del que pleita mostrar si el asunto es o no es, si sucedió o no sucedió; y si es grande o pequeño, justo o injusto”. (Retórica, I, 1) Promueve la idea de que “la retórica es válida porque por naturaleza son más fuertes la verdad y la justicia que sus contrarios” (Retórica I, 2). Recomienda vencer la injusticia con la justicia, y la mentira con su contrario, pues no es apropiado “convencer a nadie de las cosas reprobables, sino para que no nos pase por alto cómo es y para qué, cuando otro se sirva injustamente de estas mismas razones, sepamos deshacerlas.” (Retórica, I, 2). La Retórica de Aristóteles aporta elementos cruciales para una discusión en torno a los valores y a los juicios de valor en la esfera comunicacional, en concreto, en el marco de los discursos persuasivos. 

Valores de un Buen Gobierno

Las actuaciones de los miembros de la Asamblea de Accionistas, los miembros de la Junta Directiva, el gerente general, los servidores públicos y trabajadores oficiales al servicio de la EMB se rigen entre otras por los lineamientos, valores y parámetros definidos en el Código de buen gobierno; el cual tiene como objetivo compilar las mejores prácticas en materia de transparencia y regular los mecanismos para identificar y tramitar conflictos de intereses, y definir los parámetros de buen gobierno corporativo de la empresa generando confianza en las partes interesadas y en el público en general.

Principios de un buen Gobierno

https://www.youtube.com/watch?v=NtEKkT98iAg

Principios de buen gobierno

  1. Honestidad. La verdad prevalece par encima de cualquier consideración, fin o justificación; implica decir, actuar y responder por las actos y decisiones individuales y colectivas sobre bases debidamente informadas, de buena fe, conducta ética, con el cuidado y diligencia debidos. 
  2. Equidad. Tratamiento equitativo y respetuoso para todos los accionistas, empleados, proveedores, clientes y grupos de interés que se relacionen con la EMB.
  3. Legalidad. Las actividades de la EMB se realizan en estricto cumplimiento al marco legal vigente.

Valores de buen gobierno:

  1. Transparencia y responsabilidad. Contar con información organizada, disponible y oportuna, incluyendo la situación financiera, desempeño y gobierno de la compañía.
  2. Actitud de servicio. Mantener siempre una actitud de servicio amable, oportuna, diligente y eficiente frente a sus clientes, accionistas y la comunidad en general.
  3. Respeto a los derechos laborales y del medio ambiente. Priorizar al trabajador y al medio ambiente y, con él, la búsqueda de un desarrollo sostenible de la sociedad, con equidad, transparencia y efectividad.

EL HOMBRE Y EL ESTADO

«El Estado no es la suprema encarnación de la Idea, como creía Hegel. No es una especie de superhombre colectivo. El Estado no es más que un órgano habilitado para hacer uso del poder y la coerción y compuesto de expertos o especialistas en el orden y el bienestar públicos; es un instrumento al servicio del hombre. Poner al hombre al servicio de este instrumento es una perversión política. La persona humana en cuanto individuo es para el cuerpo político, y el cuerpo político es para la persona humana en cuanto persona. Pero el hombre no es en modo alguno para el Estado. El Estado es para el hombre».


TERCER PERIODO

Dragones de papel 



Reflexión Película 
¿Cómo salvar a la familia?


La familia como eje central de la sociedad

La familia y la vida.

Conflictos familiares.

Cómo fortalecer las relaciones familiares.

Dios y la familia.

Campos de participación ciudadana.


Para nosotros, la familia es la célula principal de la sociedad, es donde se aprenden los valores y la práctica de éstos constituye la base para el desarrollo y progreso de la sociedad. Es, quizá, el único espacio donde nos sentimos confiados, plenos; es el refugio donde nos aceptan y festejan por los que somos, sin importar la condición económica, cultural, intelectual, religión a profesar o preferencia sexual. La familia nos cobija, apoya, nos ama y respeta.

Años atrás, se entendía por familia a aquella integrada por la madre, el padre y los hijos, un concepto clásico llamado familia nuclear. En la actualidad, el término ha ido modificando, ahora el concepto no sólo se centra en los lazos consanguíneos, nuestra familia puede ser el grupo de personas con el que nos sentimos protegidos, amados y felices.


La familia y la vida.

Tener una familia es cimentar una buena educación, formación y valores. Aquí se construye la formación de la personalidad de cada uno de sus miembros; es el pilar sobre el cual se fundamenta el desarrollo psicológico, social y físico del ser humano; es aquí donde se nos enseñan las responsabilidades y obligaciones; es donde actuamos con la mejor visión de nosotros mismos.

Si todos los individuos creciéramos dentro de un seno familiar, la sociedad se enfrentaría a menos problemáticas: Tendríamos el sentido de responsabilidad bien definido, habría menos violencia (dentro y fuera del hogar) y más respeto tanto por la naturaleza como por el entorno social.

Sin embargo, no todos tenemos la dicha de crecer dentro de una familia amorosa, estable y unida; muchos individuos prefieren separarse de sus familias porque en ella no encuentran amor, respeto o apoyo y es ahí cuando deciden salir a buscar refugio en otras distracciones donde ponen en riesgo su integridad física, mental y emocional.

Si el núcleo de la célula está dañado, la sociedad adolece de estas fracturas y las refleja en sus relaciones y entornos; surgen acciones de violencia, desapegos, inconformidades. Por ello la tarea como sociedad es luchar por proteger a la familia, y promover un ambiente de respeto, valores, educación y amor a nuestros hijos; una familia que esté unida en todas las situaciones de la vida.


Conflictos familiares

¿Qué es un conflicto familiar?

En la familia, con la pareja, entre los amigos y en la sociedad en general es inevitable que surjan conflictos, pues todos tenemos diferentes edades, pensamientos y formas de ver la vida.

En este caso, hay que comprender que la familia está integrada por personas unidas a través de relaciones filiales (padres, hijos, hermanos y/o pareja), formando una especie de sistema abierto en el que sus miembros están estrechamente relacionados. Y debido a esta relación tan estrecha e íntima, cualquier conducta puede afectar a la dinámica familiar, surgiendo así las disputas.

Los conflictos familiares son eventos naturales, pues derivan de la convivencia entre los miembros de una unidad familiar. Como consecuencia, generan inestabilidad, frustración y preocupación, además de poder resurgir problemas del pasado que no fueron solucionados.

En general, un conflicto nunca debe evitarse, pues la agresividad puede escalar a niveles preocupantes. Lo mejor es afrontarlo de forma inteligente, calmada, asertiva y con la cooperación de todos los miembros. Y es que, las disputas son una buena oportunidad para progresar y aprender de ellas.

¿Cuáles son los tipos de conflictos familiares?

Si bien es cierto que los conflictos familiares pueden clasificarse de diferentes maneras, nosotros lo haremos en base al tipo de relación y del foco o causa del problema.

Según el tipo de relación

Los conflictos en la familia surgen dependiendo del tipo de relación o parentesco entre los miembros. Así pues, veamos cuáles son:

  • Conflictos de pareja. Suelen surgir por problemas de comunicación, por la sensación de pérdida de la propia libertad, por tratar de cambiar a la otra persona o por la falta de habilidades para resolver los problemas que surjan.
  • Conflictos entre padres e hijos. Se generan durante la infancia, con hijos adultos y, sobre todo, durante la adolescencia.
  • Conflictos entre hermanos. Son los más habituales y suelen perdurar en el tiempo.
  • Conflictos con los abuelos. Durante la vejez se producen cambios biológicos, pues se deteriora el cuerpo y la mente. Además, se deben afrontar nuevas situaciones como la jubilación o la pérdida de amistades o seres queridos. Estos cambios afectan a la persona y, por ende, repercuten en las relaciones familiares.

Según la fuente del problema

En este caso, el foco del problema puede ser más de uno y darse al mismo tiempo. Veamos qué crisis suelen surgir:

  • Crisis del ciclo vital. Crecer implica nuevas responsabilidades, nuevos roles o dar pasos importantes, como casarse o jubilarse.
  • Crisis externas. Surgen a consecuencia de un evento externo y la crisis implica buscar a los culpables.
  • Crisis estructurales. Implican la reaparición de conflictos pasados.
  • Crisis de atención. Surgen en núcleos familiares en los que hay una persona dependiente y su cuidador/a se siente limitado a la hora de hacer sus actividades habituales.

Consejos para resolver los conflictos familiares

Cada familia es un mundo y la situación que genere una disputa puede ser una u otra. Hay personas que se sienten solas porque no tienen o no pueden reunirse con la familia, otras en las que el padre y la madre están divorciados, etc. Todo ello genera una serie de emociones y ansiedad que pueden desbordar a uno. Por ello, aquí facilitamos algunos consejos para afrontar la situación con una perspectiva más clara y esperanzadora.

Entender que ninguna familia es perfecta

Hemos empezado diciendo que ni la Navidad ni las reuniones familiares que implican estas fiestas son tan idílicas como las pintan. Y es que hay que aceptar que ninguna familia es perfecta, pues es totalmente normal que haya roces o conflictos. Ahora bien, identificar aquello que provoca los desencuentros familiares servirá para prevenir las situaciones que los generan.

Cómo fortalecer las relaciones familiares

La escucha empática implica escuchar plenamente a la otra persona para ponerse en su lugar, comprendiendo así los sentimientos o emociones a través de sus palabras y gestos.

Controlar las formas a la hora de hablar

Muchas veces hablamos de malas maneras antes de pensar, lo que incentiva la agresividad. Es muy importante utilizar el lenguaje y las expresiones con cuidado, reemplazando los reproches por sincerarse de buenas maneras.

Marcar los límites

Saber decir que no, así como marcar los límites, sirve para hacer saber a la otra persona aquello que nos genera malestar o nos ofende. Ahora bien, esto no quita que expresar cómo nos sentimos ayude a entender y tomar conciencia de aquello que está provocando la disputa.

Encontrar el mejor momento y lugar

Finalmente, las reuniones familiares no son el mejor momento ni lugar para tener una discusión. Lo mejor es dejar la conversación para otro momento y hablarlo en privado.

Dios es un ser que es puro amor, un amor sin límites. Esta es la razón principal de la importancia de Dios en la familia. Es el ejemplo a seguir. Una familia donde prevalezca el amor es una lámpara encendida, no solamente para sí misma, sino también para otras familias a las cuales servirá de ejemplo.

La familia es el núcleo fundamental de la sociedad, es su estructura primigenia. Muchos de los problemas que enfrentan las sociedades actuales en diferentes países se originan tras el proceso de desintegración de la familia. Parece ser que los antivalores han tenido como blanco a esta estructura esencial creada por Dios.

La importancia de Dios en la familia

La familia ha dejado de pensarse a sí misma como entidad sagrada. Perder esta consciencia la ha llevado a confundir el amor con el placer y la complacencia. Por esto, hoy día la importancia de Dios en la familia es trascendental. “El amor nunca deja de ser” nos señala el Apóstol Pablo en 1 Corintios 13:8.

La participación ciudadana es un concepto regularmente empleado para designar un conjunto de procesos y prácticas sociales de muy diversa índole. De aquí, el problema o riqueza de su carácter polisémico. Problema porque la pluralidad de significados, en ciertos momentos, ha conducido a un empleo analítico bastante ambiguo. Riqueza, porque la multiplicidad de nociones mediante las que se ha enunciado ha permitido acotar, cada vez con mayor precisión, los actores, espacios y variables involucradas, así como las características relativas a la definición de este tipo de procesos participativos.

En términos generales, la participación nos remite a una forma de acción emprendida deliberadamente por un individuo o conjunto de éstos. Es decir, es una acción racional e intencional en busca de objetivos específicos, como pueden ser tomar parte en una decisión, involucrase en alguna discusión, integrarse, o simplemente beneficiarse de la ejecución y solución de un problema específico (Velásquez y González, 2003: 57).

De acuerdo con esta definición formal, aquello que llamamos participación ciudadana, en principio, no se distingue de otros tipos de participación por el tipo de actividades o acciones desplegadas por los individuos o colectividades involucradas. Este tipo de participación se acota como ciudadana porque es un proceso o acción que se define y orienta a través de una dimensión, una lógica y unos mecanismos político–sociales específicos.

Entonces, la participación ciudadana —aun cuando no pueda decirse que haya una concepción unívoca del vocablo— nos remite al despliegue de un conjunto de acciones (expresión, deliberación, creación de espacios de organización, disposición de recursos) mediante las cuales los ciudadanos se involucran en la elaboración, decisión y ejecución de asuntos públicos que les afectan, les competen o, simplemente, son de su interés. Entendida así, de entrada, podría afirmarse que ésta nos remite a un tipo de interacción particular entre los individuos y el Estado, a una relación concreta entre el Estado y la sociedad, en la que se pone en juego y se construye el carácter de lo público (Ziccardi, 1998; Álvarez, 1997; Cunill, 1991).

En este sentido, la participación ciudadana se distingue de la llamada participación comunitaria y de la social porque, aun cuando éstas también nos hablen de un tipo de interacción especial entre la sociedad y el Estado, los objetivos y fines de la acción que caracterizan a estas últimas, se ubican y agotan, fundamentalmente, en el plano social, es decir, dentro de la comunidad, gremio o sector social en donde acontecen (Álvarez, 2004; Cunill, 1991). Por el contrario, la participación ciudadana es una acción colectiva que se despliega y origina simultáneamente en el plano social y estatal. Esto es, no se trata de una acción exclusiva de una organización social; tampoco es una acción dada al margen o fuera de los contornos estatales, ni un ejercicio limitado por los contornos de la esfera social o estatal que la origina. La participación ciudadana es un tipo de acción colectiva mediante la cual la ciudadanía toma parte en la construcción, evaluación, gestión y desarrollo de los asuntos públicos, independientemente de las modalidades (institucional–autónoma) por las que esta misma discurra (Álvarez, 2004: 50–51).

Por último, la participación ciudadana se distingue de la participación política porque el conjunto de actos y relaciones supuestas en el desarrollo de la primera no están enfocados (exclusiva, ni fundamentalmente) a influir en las decisiones y la estructura de poder del sistema político. Es decir, aun cuando con el despliegue de estas prácticas ciudadanas se busca incidir en la toma de decisiones que constituyen el orden de la política y de las políticas,1 se diferencian sustancialmente de las actividades políticas porque el conjunto de acciones, desplegadas desde este ámbito ciudadano, no pretende ser ni constituirse en poder político, ni busca rivalizar con éste. Aun cuando la participación ciudadana pueda concebirse como un canal de comunicación por el que discurren las decisiones que atañen a la competencia por el poder en un sistema político determinado (elección, sufragio); el alcance de dichas decisiones no está orientado a desplazar los órganos de carácter representativo, ni mucho menos constituirse en algún tipo de autoridad política (Pesquino, 1991: 18).

 

Dimensiones, objetivos, condiciones y lógica de la participación ciudadana

Según las múltiples definiciones planteadas sobre participación ciudadana, en primer lugar, podríamos ubicar aquellas que se centran en resaltar el espacio o dimensiones en el que acontecen dichas prácticas ciudadanas, así como los objetivos, condiciones y lógicas (autónomas y/o institucionales) que perfilan su realización.

Dimensiones

La delimitación del espacio donde acontecen los procesos de participación ciudadana, sin duda, ha sido una de las preocupaciones constantes en la literatura. De acuerdo con lo anterior, diversos autores se han preocupado por destacar que la participación ciudadana, en primer lugar, nos remite a

1) las experiencias de intervención directa de los individuos en actividades públicas para hacer valer sus intereses sociales (Cunill, 1997: 74);

2) procesos mediante los cuales los habitantes de las ciudades intervienen en las actividades públicas con el objetivo de representar sus intereses particulares (no individuales) (Ziccardi, 1998: 32);

3) conjunto de actividades e iniciativas que los civiles despliegan, afectando al espacio público desde dentro y por fuera de los partidos (Álvarez, 1998: 130);

4) despliegue de acciones mediante las cuales los ciudadanos intervienen y se involucran en los procesos de cuantificación, cualificación, evaluación y planificación de las políticas públicas (Baño, et al, 1998: 33);

5) proceso dialógico/cooperacional relacionado con la gestión, elaboración y evaluación de programas de actuación pública, así como con la planeación y autogestión ciudadana de distintos servicios públicos (Borja, 2000).

Como se puede observar, en general, no solamente se pone en relieve la relación entre el Estado y la sociedad, a la que este tipo de prácticas ciudadanas ha dado lugar, sino también al carácter central de dicha interacción, es decir, la disputa por y de la construcción de lo público.


CUARTO PERIODO


Poder, autoridad y legitimidad.

https://prezi.com/p/rtlhcvgr3pun/el-poder-la-autoridad-y-la-legitimidad/

La opinión de mi Comunidad cuenta.


Para Weber la autoridad es el ejercicio del poder delegado por la comunidad, en tanto uso público de la razón, en aquellos que considera capaces de interpretar su voluntad y realizar lo que conviene para el bien común con base en un uso racional-reflexivo del poder. Para él existen los siguientes tipos ideales de autoridad:

  • La autoridad tradicional: sustenta su legitimidad en el carácter sagrado de la tradición. Se basa en el respeto de los valores tradicionales que, históricamente, se han instituido como justificación de un poder y su transmisión hereditaria-cultural. La dominación tradicional es una referencia que exige reverencia, por ejemplo, el poder real o patriarcal.

  • La autoridad carismática: deviene de una personalidad que tiene condiciones excepcionales. La dominación carismática se fundamenta en poderes extraordinarios, la mayoría de las veces sagrados, de un sujeto, profeta, salvador o líder político, al cual sus seguidores confieren toda su devoción personal.

  • La autoridad legal: relacionada con el poder de un derecho abstracto, impersonal y racional, que se refiere a la función y no a la persona. De allí que su ámbito de sustentación sea la juridicidad.

  • La autoridad racional: que puede ejercerse ya sea por valor o convicción, o por inquietud ante la eficacia. Puede verse expresada en el cientificismo o el tecnocratismo.

Como ya se ha expuesto, en la combinación legalidad y racionalidad, con arreglo a fines, puede devenir la autoridad como expresión de la burocracia, de la administración funcional y cosificadora. De la combinación tradición y carisma pueden emerger formas de autoridad caudillista y fascista que pretenden someter, desde cierta legitimidad, todas las formas de vida. En estos casos, el concepto de autoridad se articula a la negación del poder plebiscitario democrático, y el líder queda subsumido al burócrata o al dictador.

En opinión de Weber (1997), las funciones del burócrata y del político deben ser claramente distinguidas:

no es propio del funcionario entrar combativamente es sus propias convicciones en la lucha política y, en este sentido “hacer política”, que siempre es lucha. Mientras el funcionario profesional “vive de la política”, el verdadero líder político, el caudillo de “gran calibre” vive para la política ( pp. 106, 116-119).

El líder político, a diferencia del burócrata, entrega su existencia a la responsabilidad de su función para con los demás; es una suerte de voluntariado donde el sujeto se gobierna a sí para gobernar a los otros, una idea que vuelve sobre la tensión biográfica de Weber en torno al carisma materno y la burocracia paterna.

De igual forma, su idea de autoridad dista de las posturas autoritarias del fascismo y sus defensas del líder como guardián de la legalidad. Permitir la convivencia de diversos proyectos de vida buena o neoaristotélica deberá, en este caso, resistir la tentación de la imposición arbitraria y autoritaria de un sistema de valores. El radicalismo de estos tipos de decisionismos autoritarios, como los propuestos por Carl Schmitt, van en contravía de la idea de Weber de la democracia plebiscitaria del líder.

Lo significativo de la teoría weberiana de la democracia es que muestra los mecanismos para la emergencia de los líderes en la competencia y la legitimación de los procesos electorales. La “democracia plebiscitaria” —el tipo más importante de la democracia del líder— es, de acuerdo con su sentido básico, un tipo de dominación carismática que se oculta bajo la forma de una legitimidad derivada de la voluntad de los dominados y que solo persiste en virtud de ella. El líder domina efectivamente en virtud de la independencia y de la confianza de sus partidarios políticos, con respecto a su persona en tanto tal, pero siempre bajo la lectura juiciosa de sus seguido res, los cuales, en el momento en que no se sientan representados, pueden remover su mandato.


La opinión de mi Comunidad cuenta desde la Axiología 

La axiología es una rama de la filosofía, que tiene por objeto de estudio la naturaleza o esencia de los valores y de los juicios de valor que puede realizar un individuo. Por eso, es muy común y frecuente que a la axiología se la denomine “filosofía de valores”. La axiología, junto con la deontología, se constituyen como las ramas más importantes de la filosofía que contribuyen con otra rama más general: la ética.

Quien por primera vez utilizó “axiología” como término fue Paul Lapie, en los primeros años del siglo XX, y luego Von Hartman unos años después tomó el concepto de Lapie para fundamentar sus estudios, y así consolidar a la axiología no ya como termino sino más bien como una disciplina independiente y autónoma de la filosofía y en particular, de la ética.


Pero, no es con Lapie y con Von Hartman que se inicia la reflexión sobre valores y juicios de valor. Esta reflexión es anterior a la definición del concepto/noción de axiología. Quienes primeros se encargaron de reflexionar sobre los valores en términos filosóficos fueron Hume, encargado de la reflexión sobre valores morales, elaborando varias teorías al respecto; y Nietzsche, quien define que los valores no son solo juicios morales o estéticos, sino que también engloban aquellas formas de observar cotidianas, las cuales encierran determinada forma de valorar, poniendo en juego determinados valores por parte del individuo. Pero también Karl Marx tomó algunos conceptos económicos relacionados a los valores como fundamento de las críticas y análisis que realiza en sus obras.

Tanto los valores positivos como los negativos son abordados de manera igual por la axiología, mediante el análisis que considera a algo como valioso o no. Por esto, la axiología ha planteado importantes conceptos para los principios de la ética y de la estética, ambas disciplinas donde la noción de “valor” tiene una importancia clave para el desarrollo de las mismas.

Dentro de la axiología, los valores podrán ser subjetivos o en cambio, objetivos. Los subjetivos, son aquellos mediante los cuales se plantea un medio que permite llegar a un fin, y están impulsados por un deseo u objetivo a nivel personal, por ejemplo, la solidaridad o el compañerismo. En cambio, los valores objetivos son valores por sí solos, como la verdad o la belleza, que plantean finalidades por si solos.
Existe también lo que se denomina “jerarquía” o “escala” valorativa donde, entre los valores, algunos tienen una posición o escalón de relevancia más alta que algunos otros.

En un primer momento, Max Scheler distinguió las esencias de lo que es tangible, real o existente, lo que llevó a la afirmación de la independencia de los valores (eternos e invariables) respecto de los bienes, que serían sólo sus portadores circunstanciales. De este modo, Scheler cambia el enfoque formal del filósofo alemán Immanuel Kant por un estudio de los valores en cuanto contenidos específicos de la ética, los que se presentan de un modo directo e inmediato a la persona.
Los valores, según Scheler, se presentan objetivamente como estructurados según dos rasgos fundamentales y exclusivos:
La polaridad, todo el valor se organizan como siendo positivos o negativos. A diferencia de las cosas que sólo son positivas.
La jerarquía, cada valor hace presente en su percepción que es igual, inferior o superior a otros valores. Esta jerarquía da lugar a una escala de valores que Scheler ordena de menor a mayor en cuatro grupos: 

•       Los valores del agrado: dulce - amargo.
•       Los valores vitales: sano - enfermo.
•       Los valores espirituales, estos se dividen en:
•       Estéticos: bello - feo.
•       Jurídicos: justo - injusto.
•       Intelectuales: verdadero - falso.
•       Los valores religiosos: santo - profano.

Los valores morales no son una categoría de valores porque no poseen portadores, son valores puros. Su realización es más bien indirecta. Se verifica en la realización de los otros valores según su polaridad y jerarquía objetiva. 

CONFLICTOS DE VALOR
No sólo hay juicios de aprobación de un valor o desaprobación de un antivalor. También hay juicios de preferencia entre dos valores. Esto es obvio en los conflictos entre dos valores, cuando sólo podemos vivir uno socavando el otro, por ello es importante la jerarquización de valores.

Ejemplos:
1.  Si una muchacha insiste en estar delgada, pone en peligro su salud. Si respeta su salud, ha de renunciar a la belleza. ¿Qué valor prevalece, la salud o la belleza?

2. Una mujer cuyo marido e hijos han muerto en un accidente de tráfico pregunta al médico, que va a operarla a vida o muerte ¿qué ha sido de mi marido e hijos? Si el médico dice la verdad, pone en peligro la vida de su paciente. Sólo puede salvarla mintiéndole.

3. Un jefe es amabilísimo, pero no paga a fin de mes. Otro es muy antipático, pero paga con puntualidad. ¿Qué preferimos: amabilidad sin justicia o justicia sin amabilidad?

4. La legítima defensa. Si respeto la vida de mi agresor, no respeto la mía, pues me va a matar. Si respeto mi propia vida, sólo puedo hacerlo no respetando la de mi agresor.

Hay una regla general para estos conflictos entre dos valores. Hay que renunciar al valor más alto y débil, para cumplir con el valor más bajo y fuerte. De ahí nace una jerarquía de valores en dos dimensiones: altura y fuerza.



PROBLEMA: 

1        1. ¿La divergencia de los valores   de qué manera podría ocasionar conflictos               entre las personas o comunidades?

     Responde esta pregunta de manera individual  siguiendo los pasos del ABP:

a.       Aclarar conceptos: busca el significado de las palabras que son importantes en la pregunta.
b.       Definir el problema: escribe como entiendes la pregunta con tus propias palabras
c.       Analizar el problema, lluvia de ideas: escribe varias respuestas o explicaciones a la misma pregunta según lo pienses o imagines.
d.       organizar las ideas: Establece un orden de las respuestas que hiciste en la lluvia de ideas, mirando elementos en común y diferencias, o importancia.
e.       Formular objetivo de aprendizaje: escribe de qué te sirve  responder esta presunta o qué quieres hacer o aprender con ella.
f.        Consultar y registrar consultas: Amplía la información consultando libros o páginas de Internet, escríbelo.
g.       Sacar conclusiones: responde la pregunta  con tus explicaciones y  conclusiones de lo que has aprendido.




La ética aplicada es un nuevo enfoque surgido en 1960 en Estados Unidos, vinculado directamente con situaciones concretas, en la que se destaca la resolución práctica de las controversias morales del ejercicio profesional. En este enfoque se da importancia al contexto, al análisis de las consecuencias y a la toma de decisiones, para la elaboración de prescripciones que se ejercen en los sectores de las prácticas sociales y profesionales. La ética aplicada tiene como campos de interés la bioética, la ética profesional, la ética empresarial y la ética ambiental [Parizeau, 2001:576].

Entre las tareas de la ética aplicada como una ética especial se encuentran: 1) dilucidar en qué consiste lo moral en las situaciones específicas, distinguiendo esto de los restantes campos prácticos como el jurídico, político o religioso. 2) Intentar fundamentar lo moral aportando las razones para que haya moral o bien denunciar que no la hay. 3) Intentar la aplicación de los principios éticos descubiertos a los distintos ámbitos del campo profesional en cuestión [Cortina, 1993, 164].

Como se observa, la ética aplicada es una faceta contemporánea del debate entre teoría y práctica. Surge de la vuelta de los filósofos hacia las teorías morales que definen la noción del bien (el sistema moral) y la deliberación que permite la justificación del acto moral. Este regreso es resultado, en el campo de las ciencias, de las dos caras de la ciencia: una de progreso, es decir, mejoramiento de las condiciones de vida: salud, hábitat, etc., y la otra que presenta peligros como la degradación del ambiente, manipulación técnica del ser humano, etc.

A partir de la creciente proliferación de estos problemas éticos se solicitó a los filósofos que dieran su opinión, esclareciendo los asuntos y participaran en la formación y enseñanza especializadas.

1. Comunicar claramente las normas éticas y las expectativas de la organización (MANUAL DE CONVIVENCIA)
2. Asegurar que los requerimientos en términos de metas, cuotas y plazos sean razonables (PROCEDIMIENTOS Y PERFILES).
3.Crear una cultura de personas responsables desde la ética. (RESPONDER A PROBLEMAS ÉTICOS).
4. Expresar reconocimiento a la conducta ética extraordinaria y actuar con decisión en las violaciones a la ética. (ESTÍMULOS Y PREMIOS A LAS CONDUCTAS)
5. Reforzar la sensibilidad a valores y a parámetros éticos.


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